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Casa en La Garriga
La Garriga
Illa Raspall es un conjunto arquitectónico modernista construido a partir de 1910 por el arquitecto Manuel Joaquim Raspall i Mayol para distintas familias de la burguesia catalana. . El arquitecto barcelonés Manuel Joaquim Raspall i Mayol fue considerado un artista modernista de segunda generación.. La casa Barbey es la más grande y la primera que Raspall construyó en 1910 en la citada isla Raspall. El edificio es un impresionante conjunto que evidencia la riqueza de su primer propietario, el empresario Juli Barbey i Poinsard, y agrupa varias dependencias cubiertas con tejas cerámicas de dibujos geométricos y con una torre en el lado norte.. Algunos elementos ornamentales que cabe destacar son el reloj de sol hecho con trencadís y un plafón cerámico que representa Sant Jordi. Ambos fueron diseñados por Joan Triadó y construidos por el ceramista Lluís Bru. El interior presenta un magnífico vestíbulo, varias chimeneas y plafones cerámicos.. En el jardín destacan los elementos decorativos: un surtidor, plafones cerámicos y jardineras artísticas, que forman un conjunto armónico con las columnas en la fachada. . Se trata de una casa de nueva planta compuesta de semisótano, planta baja, planta y buhardilla, con una torre mirador de planta irregular que se levanta en la esquina noreste, con cubierta de dos aguas y rematada en cumbrera con un carenado de hierro forjado. En la cubierta, hecha de tejas vidriadas de diferentes colores, se encuentra una chimenea revestida de cerámica. Responde a la tipología de planta concentrada, con amplios vestíbulos en las dos plantas y una singular escalera central de barandilla de hierro en parábola que refuerza la interesante interrelación espacial. Destacan, como elemento decorativo, las columnas con capiteles florales y las barandillas.Se trata probablemente de la más importante casa Modernista construida en La Garriga.. El jardín es una pieza fundamental en el conjunto de una casa de veraneo. La actividad en verano se hacía fuera y debía ser fresco, con zonas de intimidad y, a la vez, visible desde el exterior para denotar la categoría del propietario (esta función la cumple el acceso principal). Por otra parte, los jardines modernistas consumían poca agua (recurso muy escaso) y se diseñaban generando sombras con árboles caducifolios y enredaderas. El suelo era de gravilla para permitir pasear y evitar que se hiciera barro si llovía. Era costumbre tener puntos de agua, fuentes y manantiales que ampliaran la sensación de frescor.. En el jardín también encontramos un espacio en forma de galería con bancos y totalmente resguardado del sol y de la vista exterior a la zona este, junto a la pista de tenis.. .
Publicado el 11/10/2024
Última actualización el 20/11/2024
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Referencia externa: 22.002/9235